9 de Octubre de 1981
9 de Octubre de 1981
Muchos son los temas sobre los cuales podríamos conversar hoy, a fin de cuentas, sentimos que todos ustedes están ansiosos por conocimiento, y eso nos deja contentos, porque solamente al hombre que golpee la puerta, solamente a él la puerta se le abrirá, y es necesario entonces, que cada uno quiera encontrar el camino, que cada uno quiera golpear la puerta y quiera ir y descubrir los misterios que nos envuelven en esta dimensión en la que estamos.
Y claro, yo estoy bastante satisfecho cuando veo que muchos están en la búsqueda de esos misterios, están golpeando la puerta y quieren llegar a encontrar la luz, o sea, aclarar o clarificar el mundo de sombra en el que viven.
(…) Todavía resta una esperanza, una esperanza dentro de cada uno de nosotros que está aquí, muchos de ustedes, incluso aún en conflicto, porque no es fácil cambiar de un momento a otro. Vivir 20, 30, 40 años, para algunos incluso más, vivir en un mundo de sombras, en un mundo lleno de telarañas y de personas enroscándose en cada pedazo… en un mundo agresivo, en un mundo en el que usted necesita usar la fuerza, la fuerza que el medio ofrece: la fuerza física, la fuerza del poder financiero, la fuerza del poder social, la fuerza… usando fuerza para poder atravesar el mundo.
Nosotros comprendemos las actitudes de las personas. Nosotros sabemos que ese mundo realmente es de sombras, y sabemos que las personas actúan de la forma como actúan, porque sino, no les será concedido un lugar al sol.
Entonces, realmente hay lucha, esa lucha terrible que se traba dentro de cada uno, y afuera, en sus manifestaciones. Nosotros sabemos y comprendemos a esas personas. Nosotros aquí en PRÓ-VIDA, incluso pedimos a todos que pasen a comprender, señal de Bondad y Sabiduría.
Y creemos que lo mejor, lo mejor, lo que más podemos hacer es realmente hacer lo que estamos haciendo: sacar las sombras, sacar las tinieblas, limpiar la dimensión, mostrar otras dimensiones, porque creemos que actuando en este punto estamos ayudando a todos, y por eso damos nuestros Cursos como los damos.
Para nuestros hijos –y muchos aquí tienen hijos, los que no tienen, un día tendrán–, si nos paráramos a pensar ¡qué mundo de sombras vamos a ofrecerles a nuestros hijos! ¿De qué sirve que yo les deje poder financiero, material, social y hasta cultural, de esa cultura que existe ahí? Si realmente nosotros quisiéramos el bien de nuestros hijos –para no decir de nuestros hermanos, para no decir de todos los seres, porque somos todos iguales– pero, si quisiéramos el bien, realmente quisiéramos el bien –no un poco, sino realmente–, tendremos que hacer… actuar en un punto abarcador, en un punto que sea el punto de la solución. Y me parece –por lo menos hasta donde yo conseguí llegar– que el punto es sacar las tinieblas, limpiar, clarear. Y es lo que nosotros hacemos.
Entonces, a medida que lo hacemos, vamos mostrando un nuevo concepto de Vida, y las personas, por el método que usamos, les ha ido bien y, despacito, aquel concepto de vida –que es vida prisión, vida estrecha, vida oscura, en las tinieblas– las personas comienzan a considerar esa vida con “v” minúscula, y comienzan a comprender que existe más Vida, Vida con “V” mayúscula.
Por la lógica comenzamos a mostrar que las posibilidades las diferencias –si quisieran hacer Justicia, si fueran justas, si advienen de un Dios Mayor–, esas diferencias no deben ser injustas, como nos parece a primera vista, porque aquí, en este valle de sombras, algunos incluso consiguen una cierta… una cierta claridad, un poco de Luz; pero otros, en esta vida, viven en una oscuridad total y completa. ¡Nada favorece! Y esas personas, algunas viven en una oscuridad completa, haciendo actos que se transforman en hechos que solo pueden suceder en la oscuridad.
Yo quiero decir: ¿cómo es que alguien puede matar a alguien? ¿Cómo es que alguien puede robar a alguien? ¿Cómo es que alguien puede pisar a alguien?
Ahora, hechos como esos, son hechos que solo suceden en la oscuridad, porque si estuviera todo oscuro, ¡yo lo pisaría! Yo no sé que usted está ahí. Si está todo oscuro y hay un vaso para beber y yo tengo sed… o comida, ¡yo agarro y como! ¡Y muchas veces como bastante! ¡Voy comiendo! ¡Es porque está oscuro! Porque si estuviese claro, yo habría visto que usted está ahí, usted está ahí, usted está ahí, y este pan yo lo repartiría, un poco para usted, ¡un poco para cada uno!
Sin embargo, en la oscuridad, yo paso la mano, y encuentro… –¡no sé!– y como, como, como; ¡descubrí una fuente y me quedo absorbiendo de aquella fuente! Y usted que no descubrió la fuente, ¡sufre! Y como yo descubrí la fuente, yo incluso cerco la fuente, y al cercar la fuente, yo piso, piso. Esto solo puede suceder… muchas veces al pisar, ¡yo mato! ¡Esto solo puede suceder en las tinieblas! Y esto solo puede suceder porque no hay luz. Porque, a medida que la luz viene, yo lo reconozco a usted ¡y veo que es igual! Esta mano… tiene este dedo igual a este, tiene este, tiene este… ¡es igual! Tiene cabello… ¡es igual! Y entonces yo… yo me avergüenzo de tomar todo el pan para mí.
Nace en mí hasta un sentimiento de autoprotección, porque nosotros somos iguales, ¡es casi como si yo fuese usted!
Entonces, un día, yo creo que las personas deben parar y entender que el egoísmo –que es el cáncer, la raíz cancerígena de los sufrimientos– aparece solo en la oscuridad.
Y ahí, si yo quisiera realmente dejar algo bueno para mis hijos, o dejar un rastro luminoso por donde yo pasé, no sirve que le enseñe a mi hijo dónde está la fuente. Sirve que yo encienda la Luz…
Y cuando descubro eso, ya descubrí que la vida no es solo aquella vida en un valle de sombras; existe una vida en un ambiente claro.
Nosotros, los de PRÓ-VIDA, deberemos hacer siempre esto, día y noche, a cada instante: encender las Luces, dar espacio a quien todavía lo necesita, dar lugar a quien aún quiere el lugar, favorecer los pasajes a quien todavía los busca. Enseñar. Porque, nosotros en PRÓ-VIDA, ya reconocemos la continuación… de la Vida, porque sería injusto que yo viviera en la luz, en un medio de luz, y otro viviera en un mundo de tinieblas.
Pero, si quien hizo todo, el Creador, lo hizo por Justicia, porque Él debe Ser la Justicia Absoluta también, y no querría el mal cuando colocó a alguien en tinieblas. Tal vez Él coloque a cada uno en el reino que merezca, en el reino en el que tenga capacidad de vivir, y permita el libre albedrío para que cada uno busque nuevos reinos. Tal vez hasta sea por eso que Él dice que “la Casa de mi Padre tiene muchas moradas”.