8 de Octubre de 1981
8 de Octubre de 1981
Yo podría decir sobre la falla existente en el cerebro humano, ya que las personas pasan por tantas y tantas experiencias y no filtran de ellas lo importante. No sé si por falta de memoria o por falta de atención durante el transcurso de una experiencia en la vida.
Existen épocas felices, épocas muy felices durante el año.
La Navidad, por ejemplo, es una de ellas. En el mes de diciembre todo es fiesta, ¡todo es alegría! Parece que en el aire flota una fuerza extraña, y todas las personas salen alegres a las calles, sublimando en la compra de los regalos, tal vez un deseo de Amor, de Unión y de Fraternidad. Tal vez justificando que es por causa de la fiesta, del día en sí, del regalo; tal vez ni siquiera prestando atención a lo que está sucediendo dentro de su persona, dentro de su personalidad: aquel cambio lindo, cuando todas las personas usan un poquito más de Respeto, un poco más de Paciencia, un poco más de Prudencia, cuando las personas descubren la Amistad en el aire y en la época. ¡La Temperancia!
Cuando todo eso sucede, en un cierto espacio de tiempo, aquel espacio de tiempo cambia la fisonomía y pasa a ser un estado, porque el despertar de las emociones que vienen del sentimiento de Fidelidad, Amistad, Responsabilidad, del sentimiento de la Paciencia, de la Prudencia, de la Temperancia y, principalmente, del Respeto –ese sentimiento que todos nosotros sentimos en ciertas épocas del año o en el transcurrir de algunas experiencias de la vida cuando, un poco más exacerbados o juntos, despiertan emociones– y esas emociones se traducen a nivel físico, científico, como vibraciones, formando una verdadera nube emotiva, cargada de buenos sentimientos.
Entonces, las personas pasean por ese clima, protegidas por ese cerco energético creado por cada uno. Y el clima es ameno. ¡Hasta la lluvia es bonita! ¡Hasta el viento tiene sabor!
Esos días, las personas sienten Fraternidad. Dicen estar ligadas por el Principio Único.
Llevadas por esa nueva razón de ser, de estar, de existir, creyendo realmente que aquello es un Mundo Mucho Mejor, es una maravilla y que podría ser siempre así, se cantan himnos a la Belleza, a la Bondad, al Amor, a la Justicia, a la Fraternidad. Y esos himnos cantados aquí y allá, reciben acogida dentro de cada uno, porque todos están con sus depósitos de conocimiento abiertos para recibir tales vibraciones.
Todo es euforia. Pasan los días y, no sé por qué, las personas deshacen aquella nube energética azul, dorada, que ellas mismas crearon y dan entrada, nuevamente, a la cobertura grisácea que las acogerá durante ¡tantos otros tiempos…!
Y yo pregunto: ¿quedó en la memoria? ¿Dónde quedó guardado aquello que es bueno?
Nuevamente las personas pasan a agredirse, a vengarse, pisando, lastimándose y esperando, otra vez, una nueva experiencia armónica.
Así es la vida, así es el mundo, así es el hombre actual. Parece que existe una falla en el mecanismo controlador, guardador… ¡una falla en el cerebro humano!