7 de Septiembre de 1980
7 de Septiembre de 1980
Los ojos son hechos para ver; los oídos, para oír. En el transcurso del pasaje, las experiencias se acumulan.
Que los ojos comiencen a reconocer lo que es bueno a ser visto; y los oídos aprendan, en el transcurso del pasaje por la experiencia, a seleccionar lo que debe ser oído y lo que no debe ser oído.
Al final de la evolución, para que la suciedad no dañe tan bellos ojos que ya saben ver tan bellas visiones, los ojos sólo se abren para ver las cosas más bellas.
Yo creo, tengo certeza, que esto que dije está en la Lógica, cabe en la Razón. Yo creo que en esos momentos de profunda Sabiduría, profunda Comprensión… yo creo que en esos momentos donde el Absoluto está manifestándose en Caridad, en Bondad y Amor, solamente los ojos más puros están abiertos.
Por lo tanto, por estar en la Lógica, en la Razón, en el Absoluto, yo creo: ¡Cristo está viendo con Sus propios ojos estas escenas!