4 de Agosto de 1980
4 de Agosto de 1980
¿Cuál sería y quién podría conocer el acto más prudente? Por lo tanto, sin errores. ¿Quién podría conocerlo en la faz de la Tierra? ¿Quién podría hacer el acto absolutamente prudente? Dentro de lo absoluto, no relativo. Por lo tanto, por mejores que nosotros seamos, por más evolucionados que seamos, por más conocedores de la Sabiduría que seamos, siempre los actos practicados serán de prudencia relativa, porque nosotros no somos dueños de todo el conocimiento que sería lo prudente absoluto.
Exactamente por ser así es que son permitidos todos los cambios, permitidos por el análisis de todas las circunstancias que tratarán de llevar siempre hacia puntos más y más cerca de lo Justo, de la Gran Sabiduría.
Es así que las personas se proponen hacer un edificio y en una determinada fase de la construcción, observan:
– ¡Caramba! ¡Estas ventanas son angostas! Vamos a tener que mandarlas a hacer un poquito más anchas.
– Pero nosotros ya las hicimos…
– Sí, pero desármelas y mándelas a hacer un poco más anchas. En vez de cuatro, ponga seis, que quedará mejor.
– Pero… ¿ustedes no habían decidido aquello?
– Pero es que ahora, viendo mejor la estructura, creemos que habrá más ventilación. Dará un poco más de trabajo, pero vamos a reestructurar. ¿No será mejor para todos?
- Sí.
– Entonces hagamos lo mejor.
O sea, la determinación tomada con toda prudencia, en el primer instante, al no ser portadora de toda la Sabiduría, siempre es relativa y pasible de cambio. Y esos cambios son los que nos van ayudando a entrenar, a entrenar y decir que todo es pasible de cambio, pero con una condición: siempre para mejor.
Si la tendencia es siempre buscar el punto de equilibrio, que es el punto real de toda la Sabiduría, se justifica el cambio. Pero cuando haya modificaciones, analícelas bajo ese tema: si es más justo, si está más cerca de los aspectos de Justicia. Entonces, los cambios ocurridos serán siempre lo mejor, y la aparente imprudencia pasa a ser prudencia, al respetarse los factores de modificación pasibles de ocurrir en un proceso.
Por lo tanto, todos aquí, en cualquier cosa de la vida en la Tierra, admitan las posibilidades de cambio, sin considerar imprudente el acto anterior, sino un prudente relativo, al que sigue un prudente que es un poquito mayor, pero aún relativo, y otro prudente que es un poco mayor y todavía relativo, pero en la tendencia de llegar siempre al Absoluto de la Prudencia.
Pero, si las personas afirmasen, por el contrario, que “tiene que ser así, porque quedó decidido en la reunión del día 18 de septiembre de 1942…” entonces las personas, en 1980, dirían: “¡Caramba, pero quedó decidido en 1942! ¿Y ahora?”. Y aquel que dice testarudamente, “No cambio, no cambio, no cambio, porque mi palabra tiene fuerza”, sería lo mismo y me atrevería a decir así: “Su palabra tenía fuerza, porque antiguamente, basada en su palabra, la conducta era buena, y ahora muestra que no hubo evolución, porque al haber evolución la palabra también cambia”. Por lo tanto, al tener la palabra y mantenerla, manténgala dentro de los Principios, pero con la Sabiduría que la Temperancia enseña en cada movimiento de la vida, para ser realmente fiel a la causa primera, que es alcanzar el Absoluto de la Verdad, de la Justicia, de la Libertad y de la Paz. Al mostrar que hay evolución es necesario que haya movimiento.
(…) Por lo tanto, los hechos ocurridos nos llevan a tomar decisiones más cercanas a la Gran Justicia.
Ahora, ¿dónde puede ser usted infalible? En el Absoluto. ¿Quién es infalible? El Absoluto. Solamente. ¿Y cómo llegar al Absoluto? Empezando a ponderar los cambios hasta llegar allá, porque sino, ¡nunca llega!
Por lo tanto, el propio movimiento de la vida lleva a actos de repetidas prudencias, siempre relativas, que podrán ser consideradas imprudencias. Pero el término imprudencia solo aparece realmente cuando se perjudica a personas. Sin embargo, en una actitud de cambio, alguien puede sentirse perjudicado al observar apenas lo parcial y no la Justicia Total, Mayor, observada en la conciliación de una mejor forma para todos.