2 de Julio de 1981
2 de Julio de 1981
Un enano o un niño llega a la Pirámide de Keops y dice: “O usted me da un helado o yo derrumbo la Pirámide”. Entonces usted le dice: “Voy a darte el helado porque ya percibí que lo necesitas mucho, porque si comprendieses realmente lo que significa esta Pirámide, no la cambiarías por un helado”.
Cuando alguien ofende, vea primero qué, y tal vez usted dé respuesta dada al muchacho respecto de la Pirámide. Ahí no nos ofendemos. Comprendemos.
Si cualquier persona puede meterse con su honra, significa que su honra no es tan fuerte como usted piensa que es, porque si usted se deja alterar…
El fuerte camina suavemente, altivamente, persistentemente, como la gota de agua que perfora la piedra más dura: calmamente, serenamente. Una de las cualidades del realmente fuerte es ser sabio. El fuerte es sabio porque, dentro de las cosas que tiene, una es la de ser fuerte. Nadie puede alterar su Principio si él es inalterable para usted.
(…) Dentro de nosotros debemos tener la Grandiosidad. Dentro de nosotros debemos tener la Grandeza de la Grandiosidad para que el Ideal sea inalterable. Por eso mismo es que es ideal.
(…) Quien considera todavía la existencia de adversarios, es porque dentro de sí todavía tiene adversarios, y es muy difícil convivir con adversarios.
El ideal es como un tren que no para mucho en las estaciones. Todo esto le dará a usted más convicción, fe, confianza muy grande. No pare en las estaciones. No se prenda en lo que los otros llaman adversarios, porque la Pirámide es tan grande ¡qué es imposible tener adversarios!
(…) Siga aquello que tiene que Ser, haciendo una acción de eso, dando ejemplo de lo que usted es y, así, usted estará accionando la fuerza de la mansedumbre.