De las experiencias vividas en el transcurrir de la vida, algunas veces sucede una que, con certeza, usted ya vivió y que delata la existencia de algo más allá del cuerpo físico, material.

Estamos hablando de aquella experiencia en la que las articulaciones son todas elaboradas por mecanismos cuyas piezas no se encuentran en el cuerpo físico. El propio cerebro para de funcionar, como si fuese incapaz de comprender lo que está pasando. Es como un torbellino de pensamientos que no se concluyen, lanzados sin disposición lógica, no ordenados, que suceden simultáneamente dentro de un mismo tiempo-espacio.

Dada la imposibilidad de saber lo que está sucediendo, el cerebro falla y, como máximo, libera hormonas que conducen al cuerpo a un estado de defensa, alerta: ansiedad, miedo, depresión. Sin embargo, usted sabe que está presente, pero perdido, por no tener qué preguntar, ni a quién preguntar, a fin de descifrar lo que está sucediendo.

¿Elucubraciones?

Sin raciocinio, sin razón, sin lógica…

¿Quién produce este estado? ¿Qué produce este estado?

La respuesta se encontrará en el estudio de su Mente y lo que acabamos de describir es parte de la anatomía y fisiología de un cuerpo invisible, pero existente, que se llama cuerpo mental.