Pasaje
Pasaje
Es tiempo de Pascua. Un período que, para muchas personas, culturas y tradiciones diferentes, significa tiempo de reflexión y de renovación.
El término “Pascua” remite a la Pascua judía – “Pésaj”. Por la tradición judía, el Pésaj revive la memoria del éxodo, o sea, la liberación del pueblo judío y su huida desde Egipto a Canaán, teniéndolo a Moisés como guía. En tiempos de la celebración del Pésaj, las familias judías iban a Jerusalén, sacrificaban un cordero, compartían el pan ázimo (el pan sin levadura) y hierbas amargas – simbolizando el sacrificio de los hebreos de aquella época, en su búsqueda por la liberación de la esclavitud.
Muchos años después del éxodo, es también en el período de las celebraciones de Pésaj, en Jerusalén, que Jesús compartió con sus discípulos el pan y el vino. Esta vez, sin embargo, no habría cordero en la mesa, ya que otro cuerpo sería sacrificado, como relatan los registros bíblicos. Jesús representaría el mismo cordero pascual, el “Cordero de Dios”, como fue mencionado por Juan Bautista:
– “Este es el Cordero de Dios, que quita los pecados del mundo”.
En su última cena con los discípulos, Jesús habría resignificado la tradición del Pésaj. Él habla sobre el nuevo camino, la verdad y la vida. En una atmósfera solemne, lava los pies de los discípulos, comparte el pan y el vino, sellando una nueva alianza. También es en esta noche que Jesús deja una de sus enseñanzas, diciendo:
“-Os doy un nuevo mandamiento: que os améis unos a otros, como yo os he amado, y que también vosotros, unos a otros, os améis”.
Su testimonio dejó una lección de amor que cambió profundamente no solo las celebraciones de la Pascua de las siguientes generaciones, sino también el propio curso de la historia de las civilizaciones.
Cientos de años después de aquella noche en Jerusalén, en el 325 d.C., se acordó que la celebración de la Pascua, siendo una fecha movible en el calendario, sería conmemorada siempre el domingo siguiente a la primera luna llena, después del equinoccio de primavera en el hemisferio norte – que corresponde al equinoccio de otoño en el hemisferio Sur.
Los equinoccios, los sucesivos pasajes de las estaciones, traen consigo nuevos rayos de sol, nuevos colores en la naturaleza y nuevos ciclos de vida. Son pasajes que pueden simbolizar también otra oportunidad de reflexión sobre los significados de la Pascua y sobre las enseñanzas de aquel que dividió la historia en un antes y un después de su pasaje por la Tierra, dejando, sobre todo, una gran lección de amor.
Fuente:
Bíblia, Antigo e Novo Testamentos.
Alvarez, Rodrigo (2019). “Jesus: o homem mais amado da História”.