Osiris, Isis y Horus
Osiris, Isis y Horus
Para los habitantes del Antiguo Egipto, la creencia se basaba en mitos organizados por popularidad e importancia. Estamos hablando del Egipto original, el antiguo, no el que fue invadido por los persas, macedonios, romanos y, por último, conquistado por los musulmanes.
Según los relatos de algunos historiadores, existían miles y miles de divinidades a las que se les rendía culto. Estos seres divinos tenían una importancia fundamental, poderes sobre la naturaleza e incluso influyeron en la vida de las personas. Las creencias se expresaban en veneración y rituales realizados en los templos y santuarios.
Entre las deidades se encuentran las tríadas egipcias, que consisten en tres divinidades de la misma familia. La primera tríada sagrada de Egipto, la más popular, está formada por Osiris, Isis y Horus.
¿Quiénes eran Osiris, Isis y Horus?
Dicen que Osiris, Isis, Seth y Neftis eran hermanos, hijos de Geb (la tierra) y de Nut (el cielo).
Osiris era el dios de la agricultura y de los animales. La imagen se presenta bajo la forma humana, con las manos y la cabeza visibles, y con la mitad del cuerpo emergiendo de un sarcófago. En sus manos ostenta los cetros de la realeza: el látigo y el gancho y en la cabeza, la corona blanca flanqueada por dos plumas y adornada con cuernos de carnero. Según el mito, Osiris, como rey de Egipto, encontró a su pueblo sumido en la barbarie y le enseñó las leyes, la agricultura, la religión y otras bendiciones de la civilización. Era la figura del padre, del bien y de la sabiduría. Más tarde fue conocido como el señor de la vida después de la muerte y juez de los espíritus que llegaban allí. Según la leyenda, fue Osiris quien juzgaba a los muertos en la “Sala de las Dos Verdades”, donde se pesaba el corazón.
Isis fue retratada originalmente bajo la forma humana, como una bella y elegante mujer, mostrando sobre su cabeza un jeroglífico con la forma de trono o de escalera, representando el camino a seguir, la elevación. Después se convirtió en la diosa más importante del Antiguo Egipto y, al asumir el Nuevo Imperio (alrededor del 1570 a.C.), fue retratada con el disco solar entre los cuernos de una vaca sobre su cabeza, símbolo que originalmente pertenecía a Hathor. Al principio, ella era la diosa de los cultivos y las cosechas. Se la consideraba la encarnación de la perfección en forma de mujer, esposa, madre, sacerdotisa, con poderes mágicos. Era la figura de la madre y del amor incondicional, que cuida de todos con protección y celo.
Según la mitología, Isis estaba enamorada de Osiris, su hermano, y se unieron con gran amor. Porque Osiris era un faraón maravilloso e Isis una compañera leal y dedicada, la pareja era adorada por su pueblo. Sin embargo, el hermano de Osiris e Isis, Seth, era extremadamente envidioso y tenía celos de la felicidad y del poder del primero, y su plan era matarlo y ocupar su lugar. Seth representa la dificultad, el mal, el obstáculo, todo lo que es preciso superar.
Existen algunas versiones sobre la estrategia de Seth para matar a su hermano. Una versión muy interesante cuenta que Seth mandó a construir un féretro de oro macizo en honor a los dioses, para ser exhibido en una gran fiesta. El día de la fiesta, delante de todos los invitados, propuso a los participantes que quien entrara en ese ataúd y encajara perfectamente, podía llevárselo como regalo.
Varias personas lo intentaron sin éxito; sin embargo, “casualmente”, el féretro tenía las medidas exactas de Osiris que, al entrar allí, se alegró por el ajuste perfecto a su cuerpo; Seth inmediatamente lo atrapó y lo arrojó al río Nilo.
Después de la desaparición de Osiris, Seth reclamó el trono exigiendo todo lo que era de su hermano, incluyendo a su compañera, Isis, para que se convirtiera en su reina.
El ataúd fue navegando por el río Nilo, desembocando en el Mar Mediterráneo hasta llegar a las tierras del Líbano, donde quedó atascado a los pies de un árbol. Con el paso del tiempo, se solidificó y el árbol pasó a ser conocido como el Cedro del Líbano.
Infeliz por la pérdida de su gran amor, a Isis le crecieron alas y, en un vuelo desesperado en busca de su amado, logró encontrarlo. Reconociéndolo en aquel frondoso árbol, agitó frenéticamente sus alas tratando de resucitar a su marido. Pudo traerlo de vuelta a la vida, pero Seth no se conformó. Esta vez decidió matarlo con sus propias manos y, después de cortarlo en 14 partes, las esparció por todo Egipto. Isis buscó y encontró 13 de los fragmentos. Después de ser reconstruido, el cuerpo fue embalsamado y momificado.
Isis decidió entonces inmortalizar su amor y, con la ayuda de los dioses, engendró sola al hijo de ambos: Horus, “El guerrero de la luz”.
Horus nació de la matriz de la vida, del amor que genera, que da la luz. Fue amamantado y criado con mucho cariño por su madre, que lo inspiró fuertemente para cumplir su misión.
Horus se presenta con cuerpo de hombre, cabeza de halcón y los ojos que representaban el sol y la luna.
Pronto, Horus fue capaz de muchos éxitos, incluso en varias peleas con Seth, que ocupaba el trono. En una de esas luchas, perdió el ojo izquierdo (el ojo de la luna), que fue reemplazado con un amuleto de serpiente. En otra versión de la historia, Thoth (dios de la sabiduría y de la magia) habría reconstruido el ojo arrancado y se lo habría colocado nuevamente a Horus. Estas luchas representan a alguien que desciende de un padre que ya no está en la tierra y de una madre que le enseñó valores y lo educó para luchar con coraje, para reclamar y conquistar aquello que le correspondía.
En una ocasión, Horus triunfó, pero no mató a Seth, que siguió vivo vigilando el barco de Ra. Pero Horus permaneció atento con su “ojo que todo lo ve”, que se convirtió en un símbolo de poder muy importante, dominando lo que significaba la maldad, el egoísmo y la envidia. Horus ocupó el trono y logró liberar al pueblo de las tinieblas provocadas por su tío.
Osiris, Isis y Horus eran venerados como grandes divinidades del Antiguo Egipto, representando la fuerza y la protección.
El principal centro de culto de Osiris se ubicaba en Abidos, capital de la 8a provincia del Alto Egipto, un lugar de peregrinación. En esta ciudad, se celebraba anualmente la fiesta dedicada a Osiris, festejando la victoria del dios sobre sus enemigos y realizándose una procesión con su barca.
Isis se convirtió en la protectora de los jóvenes, de los niños y en la diosa de la magia. Otra interesante leyenda cuenta que los egipcios creían que las periódicas inundaciones del río Nilo, eran producidas por las lágrimas de Isis, que lloraba la muerte de Osiris. Por este motivo, los egipcios celebraban la fiesta de la diosa en la época en que las aguas del Nilo comenzaban a subir. Isis pasó a representar a la naturaleza y, como madre de todos los seres, también era representada como una mujer sentada amamantando a un niño en su regazo.
El templo principal donde se veneraba a Isis es el Templo de Filae. Se trata de un templo dedicado al amor, ubicado en una pequeña isla.
Horus era venerado en los Templos de Kom Ombo y Edfu.
Mucho se escribió sobre esta famosa y amada tríada, considerada la primera del Antiguo Egipto, cuya leyenda se conoció alrededor del 2400 a.C.
Es interesante prestar atención a algunos detalles de la mitología, tales como el bien siendo atrapado, navegando a la deriva hasta transformarse en algo representativo. También la figura del amor siendo rescatada en pedazos para perpetuarse a través del surgimiento de una nueva experiencia.
Tales referencias tienen similitud con algunas historias antiguas que retratan el amor que une a dos seres, el coraje y la determinación de superar barreras, enfrentando con resiliencia las dificultades, a fin de cumplir un propósito y, finalmente, la victoria del bien sobre el mal.
Referencias:
– Porto Editora – Osíris na Infopédia [em linha]. Porto: Porto Editora. [consult. 2022-04-12 01:32:31]. Disponible em https://www.infopedia.pt/$osiris
– Porto Editora – mitologia egípcia na Infopédia [em linha]. Porto: Porto Editora. [consult. 2022-04-12 01:30:00]. Disponible en https://www.infopedia.pt/mitologia-egipcia