Música, filosofía y ciencia
Música, filosofía y ciencia
¿Cuántos cuestionamientos internos puede tener un ser humano? A lo largo de la historia, las preguntas fundamentales con relación a su propia existencia llevaron a la humanidad a las más diversas formas de creación artística. Esto es porque el arte crea posibilidades de comprensión de hechos e ideas, por la interpretación y resignificación del mundo en el que vivimos. El artista expresa lo que está dentro de su corazón y manifiesta el sentimiento de lo que reconoce de la integración con el universo.
¿Cómo se originó la música? Podemos pensar que los ancestros se fascinaban por los ritmos y sonidos de la naturaleza y, así, buscando imitar estos sonidos, surgió la música, como un conjunto armónico que se reveló por la integración del hombre con la naturaleza. La música, así como otras manifestaciones artísticas, es capaz de despertar sentimientos y reavivar recuerdos, en un universo de significados que cada ser percibe de un modo diferente.
En las últimas décadas, los efectos que causa la música en el ser humano, en los animales y hasta incluso en los vegetales ha sido objeto de estudio científico. La neurociencia ha aportado muchas contribuciones en diversas áreas y la llegada de técnicas de neuroimagen permitió observar el funcionamiento del cerebro humano, constatándose que el procesamiento musical implica varias áreas cerebrales relacionadas a la percepción de alturas, timbres, ritmos, melodía, armonía, etc.
Todo lo que escuchamos transmite una frecuencia y la vibración de la música puede traer tanto efectos armónicos como desarmónicos. Estos efectos físicos y mentales difieren en cada persona y la música, al provocar emociones, actúa como una fuerza arquetípica. Para Carl Gustav Jung: “La música expresa el movimiento de los sentimientos o valores emocionales que acompañan los procesos inconscientes”. El mismo sonido o canción genera sentimientos diferentes, pues los arquetipos son universales, pero nuestra experiencia es individual. Entonces, la música puede ser también un elemento para el autoconocimiento, considerando los aspectos conscientes e inconscientes que podrían salir a la luz.
Las más bellas melodías derraman néctar del corazón del artista por la sensibilidad manifestada. Sin embargo, ¿dónde está la belleza musical? ¿Está dentro de quien la oye? ¿De quién siente la armonía de la composición?
Se pueden hacer muchas reflexiones sobre la creación y la influencia del arte musical en la vida de los grupos humanos y de cada individuo. Según Platón (428-348 a.C.): “De todas las artes, la música es, sin duda, aquella cuyos efectos son más profundos e insidiosos”.
El grandioso universo musical abarca la historia desde el comienzo de las civilizaciones, por la íntima expresión de ideas, valores, sentimientos, emociones y conocimientos que acompañan la evolución de la humanidad.
La vida, como una “sinfonía divina”, al vibrar en el tono del amor, respetando el silencio y el sonido, hace posible la armonía dentro de cada uno.
REFERENCIAS
JUNG, Carl Gustav. As Cartas. Vol 2. Editora Vozes, 2002.
MUSZKAT, Mauro. Música e Neurodesenvolvimento. Revista USP, 2019.
SCHLAUG, G M, et al. Training-induced neuroplasticity in young children. Annals of the New York. Academy of Sciences, 2009.