El Gran Año
El Gran Año
Ciclos que indican tiempo y están intrínsecamente relacionados al movimiento de las estrellas, como el día y la noche, el año terrestre, las estaciones del año, son el resultado del movimiento de rotación y traslación de la Tierra alrededor de su eje y del sol, y fueron observados y registrados por los pueblos de la antigüedad.
Existen constancias, sin embargo, que algunos observaron un ciclo aún mayor, que distingue eras de luz y oscuridad que parecen estar relacionadas con el ascenso y caída de civilizaciones enteras. Este ciclo se conoce como el Gran Año o Año Sideral.
El Año Sideral se produce por el movimiento del sol con respecto a las doce constelaciones del zodíaco y se completa en casi 26.000 años. Cada era del Año Sideral está marcada por el alineamiento del sol y de todo el sistema solar con una de estas constelaciones, cuya duración aproximada es de 2.148 años.
Esto se debe a la precesión de los equinoccios, movimiento producido por la oscilación de la Tierra alrededor de su eje, similar al tambaleante giro de un trompo, con su norte apuntando a una infinidad de astros y estrellas durante un período que marca una era, que finaliza con el sistema solar alineándose nuevamente a otra de las doce constelaciones. ¡Este movimiento fue observado por los griegos hace más de 2.000 años!
Héroes, dioses, semidioses, representantes del Astro Rey – el sol, con sus mitos, leyendas, ritos y templos sugieren que civilizaciones enteras aparecieron y desaparecieron durante las eras zodiacales.
Las dinastías del antiguo Egipto adoraban al toro sagrado Apis y a la diosa con cabeza de vaca Hator en la era de Tauro. De la misma época provienen los cultos hindúes a la vaca sagrada.
Cuando el planeta pasó por la influencia de la constelación de Aries, los templos egipcios fueron adornados con la figura del carnero. Y Piscis fue el símbolo de la era en que apareció el cristianismo.
Se dice que los atlantes calculaban las eras de manera diferente. Como las constelaciones zodiacales no tenían el mismo tamaño, calculaban un período distinto para cada era. En la actualidad tenemos períodos iguales de 2.148 años en cada constelación.
Todo está en movimiento y nuestro sistema solar viaja a través de las constelaciones recibiendo la influencia de innumerables astros, planetas y estrellas. Influencias que pueden percibirse en el campo físico y gravitacional. Otras mucho más sutiles e imperceptibles físicamente, pero que pueden ser captadas psíquicamente.
Según este complejo sistema, la Tierra entra en la era de Acuario y quizás estamos listos para presenciar un cambio de ciclo – la llegada de un nuevo tiempo. De hecho, ¿cuántos cambios ya se han visto en las últimas décadas? En el ámbito tecnológico, en el científico, en la forma de pensar, sentir y actuar del hombre. Tal vez estamos a punto de evolucionar hacia una nueva humanidad, posiblemente a un mundo mucho mejor.
Después de todo somos seres con infinitas posibilidades. Autores de nuestra propia historia, poseedores de nuestro propio tiempo y portadores del libre albedrío – con el que movemos el mundo, dilatamos o acortamos el tiempo. En los ciclos, eras, o simplemente en el tiempo de las estrellas o de un planeta, no importa, la vida sugiere una constante evolución.