Cuestión de Tiempo
Cuestión de Tiempo
Poetas, astrónomos, físicos y filósofos buscan, a su manera y forma, definir el tiempo. La tarea, antigua y compleja, continúa en la historia de la humanidad, tal vez, desde el principio.
¿Pero cómo puede el contenido comprender al continente?
Platón concibió el tiempo como una imagen móvil de la eternidad. “Pero – decía Platón – la naturaleza de ese ser era eterna, y no fue posible ajustarla por completo al ser creado». Pensó entonces en construir una imagen móvil de la eternidad y cuando ordenó el cielo, construyó, «a partir de la eternidad que permanece una unidad, una imagen eterna que avanza de acuerdo con el número; es aquello que llamamos tiempo. De hecho, los días, las noches, los meses y los años no existían antes de que el cielo hubiese sido creado, porque preparó la creación de ellos al mismo tiempo que éste era constituido. Todos ellos son partes del tiempo”.
El tiempo, entonces, puede estar en los movimientos celestiales, en el reloj de su muñeca, en la sucesión de eventos. Es el pasado, el presente y el futuro que el lenguaje se encarga de expresar de muy diferentes maneras.
También puede ser capturado por su percepción. Parece que los más profundos pensamientos, emociones y sueños superan el transcurso del tiempo, como cuando se puede admirar la belleza de un cielo estrellado o una puesta de sol; o cuando se está en compañía de amigos para compartir momentos de alegría y felicidad. La percepción del tiempo, entonces, permite vivir, larga o rápidamente, cada experiencia como un instante único e irrepetible. Parece que el tiempo, en esas ocasiones, apenas vuela, pero los relojes nos traen de vuelta a su cálculo inexorable.
El tiempo de una vida podría ser percibido como esos momentos en que el universo entra en el corazón, y el corazón es el propio universo. ¿Y qué reloj podría traernos de vuelta el tiempo dedicado a esos llamados momentos mágicos?
El tiempo no es algo objetivo, pero podemos objetivar nuestro tiempo; podemos generar dentro de nosotros el sentimiento de estar en “casa”, inmerso entre las estrellas; y el tiempo de una vida entera podrá ser percibido como el instante eterno de una única respiración.