Vacaciones, ¿para qué las quiero?
Vacaciones, ¿para qué las quiero?
¡Ah! Las vacaciones…
Contar los días para el descanso tan esperado…
Una parada en el tiempo… o un tiempo parado.
Llegan las vacaciones y solemos relajarnos, parar.
¿Pero será que se puede descansar?
Son días en los que tendemos a centrarnos más en la familia o en los amigos, vemos las películas que estaban esperando en la lista de favoritos, nos embarcamos en esas inusitadas lecturas o incluso hacemos un viaje, buscando, tal vez, (re)definir el rumbo. De pronto, estamos con tantos compromisos y tareas que tenemos la percepción de que el tiempo pasa volando, sin aprovechar los minutos.
¿Pero no era para parar?
Y el descanso, ¿dónde está?
Incluso inmersos en muchas actividades, la sensación es que el cansancio ya no importa, frente a la satisfacción de poder ser libres para comprometernos con lo que nos gusta. En esta paradoja, lo que realmente parece es que las vacaciones son, sí, una pausa, pero esa que nos lleva a salir de lo automático, a mirar alrededor, a viajar hacia adentro de nosotros mismos, a experimentar el trabajo verdadero, a percibir lo bello… de la Vida.
Trabajo en vacaciones, ¡sí! Un período para recordarnos que el verdadero trabajo no se detiene, está adentro, está afuera, todo junto, es movimiento.
Entonces, ¿por qué no estar de vacaciones todo el año?
¡Ah! Las vacaciones…