El Deporte. Después de todo, ¿qué es?
El Deporte. Después de todo, ¿qué es?
En los grandes eventos deportivos hay brillo, hay luz. El brillo de los atletas que se destacan es enaltecido. Ellos son destacados, en el podio, para ser vistos y admirados. Son como ejemplos a ser seguidos.
¿Y por qué esto es tan importante a punto tal que los países comprometen recursos y esfuerzos con el deporte?
Las personas se sienten realizadas cuando alcanzan un objetivo. Cuanto mayor es el grado de dificultad que se encuentra, mayor es la sensación de alegría que se tiene al conquistarlo.
Las personas que se proponen grandes objetivos, cuando los alcanzan, se vuelven brillantes, como iluminados por una luz dorada que provoca admiración en los otros. Estas personas alimentan la esperanza de los demás, formándose así una corriente virtuosa en que el logro de cada uno pasa a ser un punto a ser imitado por los demás.
Las cualidades más brillantes de las personas normalmente residen en algún lugar escondido en su interior y sólo se hacen evidentes bajo condiciones especiales. A menudo, estas condiciones aparecen en situaciones de mucho estrés, como las guerras, los conflictos, los desastres, las calamidades.
En esos momentos aparece el héroe latente dentro de cada uno haciéndose cargo de la situación con hechos prodigiosos. Pasada la situación, parece que el héroe interior vuelve a adormecerse, dando lugar al ser común que actuará de manera común, construyendo un mundo común para otros seres comunes, y lo que queda es sólo el recuerdo de la posibilidad de ser mucho mejor, haciendo un mundo mucho mejor para sí y para los demás.
Tal vez, sabiendo esto, los antiguos hayan creado situaciones en las cuales se reunían los elementos que favorecieran el proceso de hacer aparecer en cada uno las virtudes, las cualidades que tornan brillantes a los hombres, con la esperanza de que fueran imitadas por los otros y se formasen así sociedades mejores. Las competencias deportivas simulaban y simulan situaciones de conflicto. Los atletas utilizan sus habilidades para hacer frente a las situaciones impuestas por los reglamentos, y el diferencial surge de aquellos que logran poner afuera las virtudes del héroe latente.
De ahí se origina la palabra deporte. Viene de deportar, deporte, sacar para afuera. Un proceso para sacar afuera las cualidades que, aunque existentes, no se manifiestan espontáneamente.
El deporte crea escenarios que representan situaciones que pueden suceder en la vida.
Los juegos deportivos desarrollan el razonamiento y el pensamiento lógico y, en cierto modo, ayudan a preparar a las personas para las adversidades de la vida. Hoy en día existen juegos que recrean ambientes de entrenamiento, tales como simuladores de vuelo, planificación urbana, estrategia militar. En todas las modalidades deportivas existe este aspecto: el desarrollo de cualidades, ya sean físicas, mentales y/o emocionales. Es una oportunidad de aprender a lidiar con el éxito, la pérdida, la integración con los otros, la disciplina, entre otras habilidades. El deporte no sólo puede ayudar a preparar a las personas para la vida, sino que puede ayudar a moldear los valores de una sociedad.
Los eventos deportivos cumplen con la función de incentivar a los competidores a superar sus limitaciones y hacer emerger las cualidades del héroe arquetípico idealizado por cada uno, construyendo así los ídolos que servirán para establecer modelos virtuosos para la sociedad.
Y así los atletas, al superarse, al brillar, llenan los estadios de luz, y ésta crea universos. Universos de posibilidades.