4 de Febrero de 1981
4 de Febrero de 1981
Está todo muy bien, está todo el mundo ayudando de todos lados, pero aquí, el lado de acá es el que necesita… Del lado de allá todo el mundo está ayudando. Del lado de acá también es una unión total de fuerzas. Nosotros vamos a lograrlo. Nosotros vamos a lograrlo porque vivimos por eso, es la Razón de la Vida. Yo lo logré solo… ¡cuánta gente! Imaginen cuando empiecen a aparecer media docena que diga: “Mire, para mí también es solo eso en la vida”. ¡Ah! Si uno hace cinco mil, usted va multiplicando eso, ¿ve lo que va a suceder? Dependiendo de la presencia de cada uno de ustedes, del momento que reciba el llamado, de aquel instante difícil que ustedes no deben negar. Si sucediera conmigo, con usted, con usted, no niegue la ayuda en el momento difícil, porque ahí, en el momento difícil es que solidifica, que fortifica, ahí es que muestra la fuerza.
(…)
Creo que si nosotros tenemos los Principios de Bondad, de Amor, si solo pensamos en cosas buenas, si no le hacemos el mal a nadie, creo que como respuesta a todo eso, tenemos que recibir a la altura, ¿no es así? De ahí la convicción. Tiene que estar a la altura. Para mí es, y ya está siendo con la presencia de ustedes. Me gustaría que fuese también para todos ustedes.
Este año, un año de trabajo, yo quiero contar con todos muy cerca, colaborando mucho, muy… muy juntos. Vamos, señores. Ya no somos más cien. Ya creció. Cante fuerte el himno, si usted cree. Sino, usted tiene su libre albedrío.