31 de Julio de 1981
31 de Julio de 1981
El conocimiento que ustedes toman, y pueden recibir ahora, es un alimento más, una satisfacción. Es un premio más, es un lenitivo más para soportar los días que se aproximan, las épocas que se aproximan, las crisis que vendrán por ahí. Entonces, el conocimiento que viene, viene en un sentido hasta de comprender mejor todo lo que deberá suceder con la población, con los pueblos en general, y también en el sentido de premiar, porque hace bien, es agradable… es la prueba de que mientras unos se masacran por lo que deberá venir, otros aquí deberán sentirse bien.
Qué bueno es saber, qué bueno es tener todo eso, usar, demostrar, servir de ejemplo. Mientras algunos se amargan allí afuera, ustedes tienen néctar adentro, para aliviar la amargura de ellos y las posibles de ustedes.
Eso es bueno, porque deja venir el conocimiento más suave, más agradable, como si usted ya supiese, así, el fin de un camino. Y ahora, usted está aquí, tiene que caminar, y entonces camina recibiendo cosas mucho mejores, mucho más saludables que lo simple que puede recibir allá afuera. Puede considerar el conocimiento que deberá venir, de ese modo.
Tantas clases, tantas charlas tuvimos sobre sufrimiento. ¿Por qué ya no vivir en paz y solo saborear la dulzura del Conocimiento, de la Sabiduría, del Plano todo arquitectado?
Yo también estoy contento porque la mayoría de ustedes está trabajando, está cooperando; creo que no está faltando nadie aquí. Todo el mundo aquí, realmente, está cooperando con todo PRÓ-VIDA, todo el mundo está haciendo su parte, haciendo un poquito, ¡y entonces eso satisface! Pero debe satisfacer a todos. Un trabajo que nosotros hacemos no más así… forzado, ni para mostrar. Es porque es agradable, ¿no es así? “Estoy haciendo mi parte”, cada uno hace su parte. Es para nosotros, esto aquí. Es decir, ya no existe otra intención. Tal vez, nosotros demos un buen ejemplo haciendo eso para los otros; sin querer, sin forzar, porque es bueno hacerlo, porque es bueno luchar por nuestro mundo, por nuestra sociedad, mientras allá afuera ellos… se destrozan, mientras allá afuera ellos están…
Yo espero… espero incluso transmitir con lo que dije, una calma, un estado de calma dentro de cada uno, porque ahora nuestro trabajo es un trabajo sin pretensiones, placentero, armónico, ¡entre nosotros! Y sin impulsos violentos, apenas con un paso equilibrado, bien medido, en una dirección que nosotros ya sabemos cuál es. Nosotros no tenemos paredón por delante, nosotros caminamos tranquilamente, serenamente – que es el término que me gusta usar – usufructuando del buen camino, del buen asfalto que nosotros supimos elegir. Caminando suavemente, asistiendo a un espectáculo ya reconocido como necesario.
Triste, porque no todos están; contento porque la Ley se cumple; principalmente en Paz.
Yo quiero, me gustaría poder transmitirles eso, porque en el instante en que ustedes capten ese estado de Paz, estarán dando espacio para que entre la comprensión del conocimiento que ya tienen y del conocimiento que vendrá. Pero sin ese estado de Paz, de serenidad, no hay espacio para la comprensión del Conocimiento. La ansiedad es el último velo.